Existen hoy en día diferentes alternativas basadas en energías renovables para proporcionarnos el confort que buscamos y mantener nuestra vivienda a la temperatura adecuada tanto en invierno como en verano. Sistemas que nos proporcionan energía procedente de fuentes naturales y alternativas a los combustibles fósiles y que nos permitirán además un ahorro importante en nuestra factura energética.
¿En qué consiste cada uno de estos sistemas?
La aerotermia es una tecnología que aprovecha la energía almacenada en el aire y mediante una bomba de calor nos puede proporcionar la calefacción, el agua caliente e incluso el aire acondicionado necesarios para disfrutar de la temperatura adecuada en nuestra vivienda en cualquier época del año.
En el caso de la geotermia, se extrae la energía almacenada en forma de calor a pocos metros de la superficie de la tierra donde la temperatura es uniforme casi todo el año. En esta tecnología, y siempre refiriéndonos a geotermia de muy baja entalpía, utilizaremos también la bomba de calor.
Así, una instalación con bomba de calor geotérmica también nos proporcionará la calefacción, el agua caliente sanitaria y el aire acondicionado necesarios para conseguir el máximo confort en nuestra vivienda.
¿Qué sistema elegir?
Tanto la aerotermia como la geotermia son energías limpias y renovables y como ya hemos visto, ambas utilizan la bomba de calor para poder climatizar. En el caso de la aerotermia hablaríamos de una bomba de calor aire-agua y en el caso de la geotermia utilizaríamos una bomba de calor agua agua. Ambos sistemas son muy eficientes... pero entonces, ¿cuál elegir?
A la hora de elegir el sistema de climatización más adecuado son varios los factores a tener en cuenta: zona geográfica y ubicación de la vivienda, tipología, necesidades de climatización, etc.
Como resumen, podemos decir que son varias las consideraciones a tener en cuenta:
En cuanto a su eficiencia energética; aunque ambas tecnologías utilizan la bomba de calor para la producción de frío, calor y agua caliente sanitaria, y por tanto, ambas ofrecen rendimientos muy elevados, mientras la bomba de calor aerotérmica (aire-agua) está sujeta a fluctuaciones por las condiciones climatológicas exteriores, la bomba de calor geotérmica (agua-agua) obtiene la energía del terreno y siempre se encuentra a la misma temperatura ya que no está sometida a las condiciones del clima exterior y por tanto ofrece uno de los rendimientos más altos y eficientes del mercado.
En cuanto a la inversión inicial necesaria; como ya hemos comentado, la geotermia es una tecnología que extrae la energía almacenada en el subsuelo a perforaciones hasta 100m, y por tanto será necesario realizar movimiento de tierras para la captación térmica. Estos movimientos de tierra o perforaciones variarán en función de las condiciones del terreno, tipo de captación necesaria, número de pozos a realizar... La aerotermia, sin embargo, solo requiere de un espacio en el que ubicar la unidad exterior.
En cuanto al mantenimiento de las instalaciones, las de geotermia precisan de poco mantenimiento. Toda la parte enterrada no precisa ningún tipo de mantenimiento una vez correctamente instalada y, aunque la bomba de calor agua-agua requiere de menor mantenimiento que una bomba de calor aire-agua, el resto de la instalación requiere en ambos casos los mismos controles de mantenimiento establecidos en el RITE (Reglamento de instalaciones térmicas en los edificios).
En cuanto a los plazos para su amortización; por regla general, los periodos de amortización de una instalación de aerotermia suelen más bajos que los de la geotermia. Mientras que una instalación aerotérmica es sencilla de realizar y se puede amortizar en 2 / 3 años, en el caso de la geotermia, estos plazos de amortización suelen ser muchísimos más largos debido a un mayor coste inicial de la instalación a causa de las perforaciones, y especialmente en instalaciones con captación vertical.
Por todos estos conceptos es importante que contéis con el asesoramiento de una empresa especializada como nosotros, para la realización de un estudio previo, en el que se tengan en cuenta los costes y la viabilidad económica del proyecto, para poder optar por la solución más adecuada a nuestras necesidades.