Somos su empresa de confianza en trabajos de sustitución de calderas. Ponemos en sus manos productos eficientes y de las marcas de más calidad del mercado. Así a nuestros clientes les permite obtener un impulso económico de cara a la renovación de sus calderas y, además, hacerse con equipos más eficientes que permitirán beneficiarse de importantes ahorros energéticos a medio-largo plazo. Disponemos de una amplia gama de calderas de condensación a precios económicos.
La oferta de calderas en el mercado ha cambiado hacia productos más eficientes y menos contaminantes. Tenemos una amplia variedad entre calderas de GAS, GASOIL, PELLETS Y sistemas que utilizan AEROTERMIA O GEOTERMIA, entre otros.
Todos los aparatos deberán ser etiquetados, de forma que el usuario final pueda hacer comparaciones de forma sencilla, entre unos tipos de soluciones y otras, y entre distintos fabricantes, con el objetivo de motivarle a comprar los aparatos con mayor nivel de eficiencia energética.
Existe en el mercado una amplia gama de calderas de GAS y GASOIL, con la tecnología de la condensación que aprovecha el calor latente de los gases de combustión. Este efecto se consigue reduciendo la temperatura de los gases de combustión por debajo de la temperatura de punto de rocío.
Para reducir la temperatura de los gases de la combustión se utilizan cuerpos de caldera con recuperador o cuerpos de caldera en los que se condensa internamente. Las diferencias entre un sistema y otro son simplemente dimensionales ya que ambos pueden cumplir a la perfección con su cometido de reducir la temperatura de salida de gases. Prueba de ello es que las clasificaciones energéticas que se consigue con cualquiera de los dos sistemas son idénticas.
En cuanto a la BIOMASA, se refiere a la materia orgánica de origen vegetal que tiene como característica el ser renovable, a diferencia de los combustibles fósiles -como el petróleo o el gas-, que son finitos y se agotarán algún día.
La biomasa se obtiene de residuos vegetales (provenientes de podas, de limpiezas forestales o de la industria maderera) y se considera que su balance de CO2 es neutro. Esto quiere decir que las emisiones que produce la biomasa durante su combustión son equivalentes al que las plantas de que está compuesta absorbieron durante su crecimiento. Existen diferentes tipos de combustibles que pueden considerarse biomasa.
La Leña, que es el más tradicional, puede obtenerse de diferentes especies vegetales y lo podemos encontrar en variedad de tamaños y formas, dependiendo tanto del tipo de árbol como del proveedor.
Habitualmente se utilizan especies con bajo contenido en resina y con una madera dura, como el roble, la encina o el haya.
La ventaja de una caldera de leña es que es un material barato, fácil de obtener y promueve la gestión forestal sostenible. El principal inconveniente es que debemos alimentar la caldera manualmente varias veces al día, por lo que exige nuestra atención constante.
El pellet se fabrica a partir de serrines, virutas y desechos de la industria maderera, así como de los sobrantes de limpiezas forestales. Toda esta materia se prensa en pequeños cilindros muy densos, con un alto poder calorífico y sin añadir aditivos, ya que la propia lignina de la madera hace de conglomerante. Una caldera de pellets tiene un alto rendimiento y produce muy pocas cenizas, por lo que su mantenimiento es mínimo.
Y por último el Hueso de aceituna, utilizado tras un proceso de secado y limpieza para eliminar impurezas, está listo para ser utilizado como biomasa, ya que tiene una baja concentración de humedad natural (en torno al 15%) y una gran densidad, además de un alto poder calorífico y un precio muy económico. Aunque no producen mucha ceniza, es superior a la que genera el pellet, por lo que es necesario un mayor mantenimiento de la caldera.